PRIMERO: Ténganse fe.Sí, tan sencillo como eso, crean en ustedes. Si sus papás y abuelos pudieron, ustedes también podrán. No se dejen abrumar por toda la novedad que rodea la llegada de un hijo, los nueve meses de embarazo o las historias de los que ya pasaron por eso. Lo único que necesitarán es tiempo; es el tiempo el que desarrolla el instinto.
SEGUNDO: No sean tan exigentes con ustedes mismos.
Una cosa es querer lo mejor para los hijos y otra muy diferente suponer que los padres no podemos cometer errores o equivocarnos. En el proceso de la crianza de los hijos muchos serán los errores, sobre todo con el primero, lo importante es corregirlos a tiempo y hacer el mejor esfuerzo por mejorar constantemente. Un niño no necesita padres perfectos, necesita padres amorosos y tranquilos, capaces de solventar y sobreponerse a las dificultades.
TERCERO: Acepten: que en ocasiones no podrán cumplir todo lo que dice la organización mundial de la salud, los libros de pediatría, de rutinas de sueño, las revistas etc. Acepten que la vida es como dice el dicho americano “la vida es lo que pasa mientras hacemos planes”.
En ocasiones podrán cumplir todo lo que han leído pero, en ocasiones no y si esto pasa no es el fin del mundo; hijos sanos y felices también son los que nacen por cesárea, los que no son lactados por sus madres hasta los seis meses, los que no hacen su noche completa aún cuando ya casi tiene un año, o los que comienzan a caminar después de los 12 meses..
Aceptar la realidad que los rodea es la mejor forma de evitar frustraciones y de prepararse para que cuando su hijo se salga de la regla general no sea el fin sino el comienzo de una oportunidad para cumplir un objetivo. Sigue leyendo →