Los vestidos son la pieza más confortable para una embarazada, son la mejor opción para verse bien vestida con poco sin importar el clima, la edad  o la contextura.  Los leggins dan confort pero quitan estilo y siempre traducen que la pregunta “qué me pongo?” se quedó sin respuesta..

Desafortunadamente la tendencia en las embarazadas latinas es usar los vestidos únicamente para ocasiones especiales en las que quieren sorprender; es una pena que no aprovechen su nueva silueta para sorprender  y ser alagadas todos los días.

Sin importar que necesidad se tiene a la hora de usar un vestido, una embarazada no tiene derecho a ponerse cualquier cosa si quiere verse bien; al igual que  las demás mujeres debe  tener en cuenta una serie de aspectos para que su cuerpo se vea mejor y el espejo refleje la felicidad que lleva adentro.

El embarazo deja al descubierto nuestra verdadera constitución, la que es delgada lo seguirá siendo sin esfuerzos, la que es delgada por que se mata de hambre en breve dejará ver lo que siempre había tratado de ocultar, es por eso que el punto de partida es tomar conciencia de la contextura, del tipo de cuerpo, de la verdadera talla y de todos los defectos o complejos si se tienen. Es usual entre las embarazadas, y más aún hoy en día con las telas con tecnología (stretch), encapricharse con  una talla que no les corresponde o tener temor a subir de talla aun cuando de eso dependa verse mejor.

Al tomar conciencia del cuerpo se tiene claro si hay algo que se quiere camuflar y que es lo que se quiere lucir. Si te sientes con lindas piernas habría que lucirlas con vestidos cortos, si te sientes incomoda con el aumento del busto o los brazos optar por escotes sobrios en V y blusas con manga.

La actualización de la talla en la ropa interior es fundamental, sobre todo tratándose de vestidos. Para elegir tu vestido debes tener en cuenta la ropa interior que usas, si es brasier con aros o no, si usas ropa invisible o no;  en un vestido ajustado son inaceptables las marcas o el busto mal puesto. Si quieres usar un strapless pero no resistes un brasier de este tipo es mejor buscar otra opción con la cual te sientas más cómoda pero que siga favoreciendo a tu silueta.

Los zapatos son un aspecto clave tratándose de este tipo de prenda. Si vas a comprar un vestido de uso diario mira primero los zapatos que tienes (si no quieres invertir en nuevos) y mide tu capacidad de uso con relación a la altura.

Todas, embarazadas o no, nos vemos mejor con zapatos altos; la pierna se ve más larga y la figura más estilizada sin embargo, si estás cansada, tienes los pies hinchados o tienes alguna recomendación médica que  te impida usar  tacones obviamente deberás  elegir diseños de vestidos que también se vean bien con zapatos planos como las bailarinas o con “wedge shoes” o zapatos de tacón corrido.

Los vestidos que funcionan con cualquier estilo de zapatos son los vestidos  cortos con ajuste debajo de la línea del cuerpo o sin ajuste; los ceñidos al cuerpo no son ideales con zapatos planos aunque tienes el privilegio de usarlos dado tu estado.

Finalmente, pare elegir el modelo es importante tener en cuenta dos aspectos: primero,  el dress code, es decir si se trata de una invitación formal; de lo contrario, se debe tener encuenta la hora del día, el clima, el lugar, tu edad y tu contextura. No es lo mismo buscar un vestido para un matrimonio de corbata negra que comienza y termina de noche a un vestido formal para un matrimonio que comienza de día pero termina de noche.

En el primer caso es claro que el vestido debe ser largo, simplemente debes elegir el tono de acuerdo con tu color de piel y  tú gusto personal  y el escote dependiendo de tu contextura. A las mujeres de contextura gruesa no les convienen los vestidos de tiras delgadas, es preferible un escote palabra de honor o strapless o de escote asimétrico con el cual  se pueda usar brasier de dos tiras para sujetar bien el busto.

Si tu caso es el segundo, si se trata de un evento formal pero no de gran gala, debes buscar un vestido que se vea bien a la luz del sol,  es decir, que se vea formal pero sin abusar de las lentejuelas o los escotes… y que se siga viendo de fiesta cuando haya caído la noche. La mejor opción en estos casos es buscar vestidos con sobrios detalles como encajes, transparencias o mezcla de materiales como el satín que siempre le da un toque de brillo festivo al look.

Una opción simple que siempre funciona es un vestido ceñido al cuerpo con drapeados, en algún color vivo como: rojo, turquesa o violeta. Para las más clásicas la opción  es el clásico “Little black dress” pero “accesorizado” para no perder modernidad.

En segundo lugar,  si estás buscando inspiración y tu búsqueda comienza en las celebridades embarazadas: aterriza  la  idea,  adáptala a tu realidad, no olvides que la de la portada  no tiene tu misma edad, misma estatura, no va a tener que caminar porque está sentada en un estudio y además, seguramente tendrá una buena dosis de foto shop.

Buscar  inspiración en las famosas siempre es una buena idea porque son mujeres que tienen acceso a los diseñadores, los mejores estilistas y la última tendencia sin embargo, hay que relativizar y tomar únicamente lo que mejor  te convenga y sea apropiado para el evento en el cual quieres deslumbrar o simplemente para la vida diaria.  A las embarazadas no les pasa lo que a las novias, eso de que “no hay novia fea”.

En embarazo te puedes ver fabulosa sin importar la talla, el peso o la estatura pero eso requiere algo de esfuerzo y sentido común. Anímate a los vestidos, es la mejor forma de lucir tu nuevo cuerpo, es otra forma de expresar una nueva versión de tu estilo.

@PaulaBoue