Consejos útiles para crear la rutina del sueño del bebé

El sueño del bebé es un tema obligado para todos los padres pues es un tema que afecta a todo el núcleo familiar; un niño bien dormido es un niño tranquilo. un niño que durmió mal es más irritable de lo normal, llora más durante el día, puede tener problemas de atención cuando está en edad escolar y lo que es peor, puede convertirse en un adulto con problemas de insomnio o dificultad para dormir.  Por el lado de los padres la ecuación es muy sencilla: bebé que duerme mal= papás fatigados, papas cansados= papás irritables e impacientes y la paciencia no puede faltar sobre todo cuanto se trata de los hijos, en especial los hijos pequeños.

Para comenzar y no llenarse de frustraciones es importante tener en cuenta que la rutina a la hora de dormir es el ritual que creamos los padres para que nuestro bebé se prepare para dormir y tenga un buen descanso pero no es el antídoto que garantice noches perfectas;  los bebés, los niños se despiertan por muchas razones,  si en lugar de sufrir tener que levantarse hacemos un esfuerzo por entender que pasa , seguramente encontraremos la que sea la mejor solución para nuestra familia, para nosotros como padres y para nuestros hijos.  

El primer consejo es comenzar con la rutina del sueño desde que nuestro hijo es un recién nacido.

Es importante fijar desde el principio una hora de ir a la cama así al principio, como sucede, el bebé todavía no entienda la diferencia entre día y noche.  La hora de dormir obviamente es fijada por los papás, muchos padres piensan que las 7 p.m. es buena hora, otros en cambio prefieren que vayan a la cama después de las 10 de la noche de manera que duerman hasta más tarde.

Mi consejo es fijar una hora no muy tarde en la noche pues en la medida en que los niños crecen y son más independientes y juegan solos y se divierten con cualquier cosa la hora de ir a la cama tiende a alargarse.

Para cuando están un poco más grandes da muy buenos resultados definir también una hora de fin del juego y de  las actividades que los tienen alerta, por ejemplo: si se va a la cama a las 7:30 de la noche a partir de las 6:30 p.m., ya no hay televisión, le pides que guarde los juguetes, ya no hay griterías ni juegos. Esa pasividad sirve para que el niño entienda que el día se va terminando y que próximamente va a ser la hora de ir a dormir, es como inducirlo el sueño aun estando despierto.

El segundo consejo es hablarle  al bebé todo el tiempo, incisito, incluso cuando es un recién nacido.

Los bebés siempre están atentos a la voz de los padres, sobre todo a la de la madre que tiene un efecto tranquilizador; en la medida en que vayan creciendo y tomen conciencia de la diferencia entre el día y a noche comenzarán a preparase inconscientemente para recibir la noche y dormir.

El tercer consejo: crea  y actualiza tu propio circuito, suena complicado pero no lo es.

Simplemente debes darle orden a lo que quieras hacer antes de llevar tu bebé a dormir. Por ejemplo: le explicas que  va a ser la hora de ir a la cama, que  va a tomar su baño, le das un baño corto con agua tibia, le pones su pijama, bajas la luz de la habitación, le cantas o le pones música, lo que quieras. No es necesario comprar todos los cds de música de relajación para bebés, con que le cantes algo suave o le pongas alguna musiquita suave de esas que traen los juguetes será suficiente. El bebé lo que necesita es identificar que cuando pasa tal cosa (el paso No 1 del circuito) significa se terminó el día, es hora de ir a la cama. Si hay algo cierto de lo que dicen algunos libros sobre el sueño de los bebés es que un niño demasiado cansado tiene dificultad para conciliar el sueño, suena irónico pero es así.

Si quieres, también puedes leerle un cuento corto aunque en mi opinión lo mejor cuando son tan pequeños es la voz de mamá.  Los cuentos funcionan muy bien cuando están un poco más grandes, los incentiva a la lectura y crean un momento de complicidad entre padres e hijos.

Actualizar el circuito significa que remplaces elementos en función del desarrollo de tu hijo.  Si por ejemplo le leías cuentos y te diste cuenta que le encanta la lectura y en lugar de incitarlo al sueño se pone más alerta, re ordena la rutina por ejemplo leyendo el cuento antes del baño nocturno y dejándola como el último juego de la tarde.

La rutina no debe ser complicada,  ni requerir de muchas ayudas externas, debe ser fácil de hacer para que al final la incorporen todos en casa sin darse cuenta y para que la puedan hacer si un día duermen fuera. Las conductas que se vuelven hábitos son las que se incorporan sin darse cuenta.

Cuarto consejo: elige un pasaporte.  El pasaporte es algún juguete que acompaña al bebé dentro de su cuna o su cama.

Cuando son tan pequeños ni se dan cuenta de que ahí está  el osito o la muñeca   pero después del año, año y medio, se vuelven una gran compañía cuando se despiertan en la noche. Los expertos en sueño dicen que es importante que la cama no sea un lugar de juego plagado de juguetes, lo cierto es que cuando nuestro hijo crece es él quien elige su pasaporte o pasaportes; lo importante  creo, es que haya en la cama una compañía para cuando se sienta solo.

Quinto consejo: no dejes de ser constante ni te desanimes si las cosas no salen como esperabas o si tu hijo no duerme mil horas de corrido como el hijo de la vecina o como dice el especialista en sueño del libro que leíste.

La rutina del sueño es un medio, no un conjuro contra las noches mal dormidas pero no por eso debes de dejar de ponerla en práctica si el resultado no es perfecto. Hay que perseverar pero sin obsesionarse y sobre todo, entender y querer a nuestros hijos como son porque si nosotros no somos perfectos porque tienen que serlo ellos?

Por último, recuerda que el ingrediente que no puede faltar en ninguna actividad, rutina o ejercicio entre padres es hijos es el amor.

 

PAULA BOUE

 

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