En realidad la pregunta debería ser ¿Qué no afecta la maternidad en la vida de la mujer moderna? Y la respuesta, no la hay. Simplemente afecta y cambia todo, absolutamente todo. Sin embargo, como no se trata de deprimir a las que están en esa dulce espera ni dejar sin esperanzas a las que ya están en “modo mamá”, siempre hay algo esperanzador que decir comenzando por lo más importante, y por lo que se vuelve el motor de todas las que somos mamás: un hijo, lo vale todo.
Si comenzamos por lo superficial, lo primero que cambia en una mujer cuando se decide por ser madre es el cuerpo. Una mamá presta su cuerpo por nueve meses-que no es poco- para que sirva de albergue a su bebé; comparte lo que come, lo que respira hasta el estado de ánimo lo comparte porque está comprobado que los bebés sienten todo desde el vientre materno. Las caderas se ensanchan, el busto crece y todo lo confirma la balanza mes a mes.
Todos esos cambios le suponen a la mamá que está esperando actualizar su closet, modificar sus actividades y desde ya, comenzar a priorizar poniéndose ella en un segundo lugar. Cuando nace el bebé, ese cuerpo que sirvió de albergue tendrá que comenzar desde cero para borrar, en lo posible, las huellas de esos nueve meses: estrías, kilos acumulados, grasa localizada, manchas en la cara; que no son otra cosa más que cicatrices de amor.
En lo laboral la cosa no se queda atrás, la mamá que trabaja tiene que multiplicarse y aprender a dividir su tiempo si quiere seguir manteniendo su vida de mujer ejecutiva, cumplir con sus obligaciones como profesional y al mismo tiempo, estar pendiente del calendario de vacunas y los nuevos dientes que salen entre muchas otras cosas más.
Si hablamos de su vida social, la mujer de hoy tiene que aprender a hacer malabares con su tiempo si no quiere que ser madre la aleje de sus amigos, de su vida de siempre. Puede sonar exagerado pero, no lo es tanto. Antes las mamás despues del parto se desconectaban cuarenta días, hoy en día la aparición de las redes sociales les quitaron ese privilegio.
Con un bebe pequeño tener tiempo para entrar a Facebook y comentar las fotos de sus amigos, enviar sus mails y hasta hacer una llamada corta a una amiga se vuelven casi un lujo. Obvio con el paso del tiempo, esa capacidad que tenemos las mujeres de hacer varias cosas a la vez nos permite hacer lo que nos propongamos: estar muy pendiente de nuestro bebé, de nuestra familia y al mismo tiempo, estar al tanto de todas las novedades de nuestros amigos. Algo así como vivir nuestra vida de ahora sin perder la que hemos vivido siempre.
Es imposible no mencionar la vida de pareja. Una mujer se casa o decide compartir su vida con alguien y comienza un viaje de dos en donde para salir solo hay que tener ganas y pensar que ponerse, no importa el cansancio porque siempre hay tiempo para recuperarse durmiendo y la única preocupación es encontrar algo que haga felices a los dos.
La llegada de un bebé, la maternidad, supone un gasto de energía mayor, ahora las noches no son como las de antes, el cansancio generalmente tiene una curva creciente, y lo más importante, hay un pequeño que llego para enamorar y robarse el show haciendo que esas largas charlas poli temáticas ahora sean pequeñas conversaciones mono tema.
Es imposible que el roll de la mujer en la pareja no se vea alterado por que el instinto de cada madre la incita a priorizar, no hay necesidad de decir poniendo a quien en primer lugar. Lo cierto es que, para las mujeres modernas, que ya no pueden desconectarse 40 días después de dar a luz sino, por el contrario seguir haciendo todo como si nada y cada vez más; es un reto recuperar y sobre todo, mantener su vida de pareja. Claro, con empeño, interés y organización así sea después de un tiempo, todo logra tener su lugar porque no hay nada más importante que ser madre pero ser mujer también lo es.
Lograr engranar todos los factores que estan presentes en la vida de una mujer moderna no deja de ser un reto pues es innegable que la maternidad revoluciona la vida de una mujer. Los hijos llegan y la vida ya no es como antes, es mucho mejor.
PAULA BOUE